Yo y los cambios de registros.
Hola artista
Toc toc.
Aquí estoy llamando a nuestra puerta azul.
¿Abres?
Pues allá vamos, aquí tienes mi carta, la escribí en Febrero del 2023, ahora te la pongo aquí, contándote mis accesos a la dimensión de mis puertas azules.
Hola querida yo
No sabes las ganas que tenía de escribirte, aunque esta semana hemos estado en contacto muchas veces. Han habido muchos momentos en los que el "yo interpretativo" y el "yo artista" se han encontrado cobrando mucha más voz el "yo artista".
Escribo en esta carta para recordarme a mí misma qué, el "yo interpretativo" es esa parte de mi que tiene muy presente los pensamientos, las interpretaciones del mundo según mi cultura, mi educación y mis experiencias. En cambio, mi "yo artista" es esa parte de mi que no se muy bien como explicar pero que aparece en los momentos en los que medito, bailo, me concentro en una tarea, momentos de creación...Son esos momentos en los que, ningún pensamiento rumiante aparece, es como un estado de flow muy difícil de explicar con palabras. Cuando aparece el "yo artista" no hay juicios, no hay comparativas, no hay miedos. Simplemente se ES. Sin más y con todo.
Cuando escribo aquí, vuelco mis pensamientos y le hablo a esa parte "artista". Le hablo como personificando a ese estado y así poder comunicarme con ella.
Decía que, esta semana, ha estado muy presente esta parte de mi, mi "yo artista" y estoy tannnn agradecida. Y me gustaría dejar aquí escrito, para inmortalizar en forma de letras, mis sentimientos y pensamientos hacía esa aparición de mi "yo artista". Pensamientos que vienen a dar por saco pero, que no pretendo enjuiciarlos, simplemente observarlos.
Llevo un proyecto adelante que se llama PHYO. Este proyecto trae un mensaje claro a la sociedad y es "Vive en plenitud" con todo lo que ello conlleva. Cuando una persona entra en un proceso de lesión y/o dolor, esto se complica. Y si hace años que vive en esta situación, su cerebro cambia hasta tal punto que sus pensamientos son diferentes, vive la vida con mayor negatividad, el movimiento cesa y los problemas aumentan. PHYO abrió sus puertas de su primer centro para ofrecer un equipo sanitario especializado en el acompañamiento a estas personas de una forma honesta y con conocimientos actualizados para darles las herramientas de afrontamiento de la situación y volver a la perspectiva de vivir la vida en plenitud.
Soy la Directora del concepto y la directora de esta Unidad.
Eso conlleva una etiqueta, "La directora". Como toda etiqueta en este mundo, sin darte cuenta, te identificas con ella. Y cuando menos te lo esperas eres toda una señora con bata blanca para cumplir las expectativas de lo que todo el mundo puede enmarcar como "la directora sanitaria del centro". Jajaja me meo.
Desde los 20 años que estuve en el hospital trabajando y estudiando mi carrera de Enfermería, me lo dejaron clarinete.
Un día, estaba en el hospital, en un turno tranquilo en la planta de oncología. Estaba en la sala de "estar" de enfermería y un paciente llamaba al timbre para que alguien acudiese a su habitación. Nadie iba porque este paciente siempre estaba llamando. Apagaban el timbre y a esperar otro ratito.
Yo no estaba haciendo nada que fuese más importante que ir a ver a ese hombre, así que acudí. Fui y él no quería nada, sólo atención.
Con mucho cuidado me senté en el borde de su cama y me puse a hablar con él. Mi intención no era otra más que darle compañía unos minutos. Acudió una de las enfermeras y me vio ahí hablando con él. Me pidió de muy malas formas que saliese de la habitación.
Salí y me echó la bronca del siglo diciéndome que yo que me creía. Que eso no era el mundo real y que, cuando trabajase sin estar de prácticas eso no iba a ser posible. Que no lo volviese a hacer.
Llegué llorando a casa. No entendía nada.
Viví muchas situaciones parecidas dónde se me disparaba la impotencia. No quise trabajar nunca más en el hospital. Fue cuando empecé a idear y a dibujar mi "utopía de centro de acompañamiento a una persona en una situación vulnerable de salud", en aquel entonces ya accedía a las puertas azules .
Desde mis 15 años de edad he tenido un contacto muy íntimo con el baile. Ha sido una de las puertas azules más grandes de mi vida.
Mientras estudiaba las dos carreras universitarias que a día de hoy tengo, no había ni un solo día en el que no accedía a mis puertas azules, después de estudiar, para acceder a mi baile y a otra dimensión a través de él. Se me olvidaban todos los problemas, todos los exámenes, se me olvidaban todas las preocupaciones. Entraba en mi "yo artista" de cabeza y era santa medicina.
En la residencia concertada en la que trabajé como enfermera durante 7 años de forma intermitente, llevaba la danza cada vez que podía a mis pacientes. (Tengo videos de esto, voy a rescatarlos). Pero tengo que decir que, siempre lo hacía casi a escondidas porque, no quería que me desprestigiaran como profesional de enfermería.... en fin.
"Yo artista" , tú siempre queriendo salir en cualquier escenario que me encuentre en esta vida y yo te lo agradezco...
Cuando montamos PHYO, no dejé de bailar (esto nunca) pero si dejé de bailar en competiciones y de dar clases. Digamos que, bailar es algo de mi vida no profesional y lo comparto sólo con personas que entienden la danza como yo. Esto es algo que me conecta con las feas enseñanzas de mis profesoras de enfermería en aquellos años en el hospital.
A día de hoy PHYO tiene otro centro. Este centro es un lugar dónde los ex-padecientes del primer centro, acuden a pertenecer a una comunidad de personas que han estado en situaciones parecidas a ellos y, experimentan el movimiento de diferentes formas, aplicando todo lo que aprendieron en su proceso de recuperación, viviendo la VIDA EN PLENITUD Y EN COMUNIDAD.
En el dibujo que antes mencioné, dónde visualizaba el centro hace muchos años, había una sala dónde los pacientes experimentaban su movimiento de forma libre y danzando.
Pues, el viernes pasado se materializó.
Ahí estaba yo, cambiando de registro. Jajaja. La directora sanitaria del centro, con una boina para atrás, unos pantalones negros anchos y preparada para guiar a sus EX-padecientes a experimentar su cuerpo al ritmo del funk.
Ahí no estaba presente mi "yo interpretativo". Se quedó en la puerta. Ahí estaba mi "yo artista" haciendo de las suyas todo el rato.
Una felicidad extrema sentía en mi cuerpo de ver la que había liado... jajaja
Personas que llegaron limitadas y con una mala calidad de vida con estado de salud deficiente y que los llevaban a reducir su movimiento, después de un tiempo, ahí estaban permitiéndose bailar con todos y enfrente de todos de forma libre. (Voy a subir a insta un RECAP sobre este día, fue una utopía hecha realidad).
Al final de la clase me dijeron una frase que quiero dejar aquí escrita para que no se me olvide nunca.
"Gracias por ser libre porque es tu ejemplo el que nos da el permiso a nosotr@s".
Y es justo el lema de mi marca PHYO. "Be. INSPIRE".
Es cierto que corro el riesgo de que esta sociedad use tanto su "yo interpretativo" que me quiten valor y autoridad como directora sanitaria por verme en ese registro pero....
Jugando al juego me hallo y seguiré encontrando las formas de seguir montando el "tinglao" necesario para SANAR de verdad y no haciendo el paripé.
Así que, hoy por hoy, me acojo a todos los cambios de registros que he experimentado en mi vida. Enfermera de bata en el hospital, enfermera con bata en la atención primaria, directora sanitaria, enfermera con chándal en clínicas deportivas, chandal en sesiones de movimiento...todos los registros que me apetezca para acceder de distintas formas con mi palabra a las personas que lo necesiten.
Gracias a mi "yo artista" por estar presente en cada uno de esos "registros" y por decirme al oído que, cambie lo que cambie el escenario y mi ropa, la misión, sigue siendo la misma.
Una identidad es limitante. Úsala sólo para jugar.
22:22h
Sueña bonito, artista.
Pame Moreno